jueves, 9 de septiembre de 2010

ezequiel

Que se arruinen los canales de noticias


Con lo mucho que odio la television

Que se vuelvan anticuadas las sonrisas

Y se extingan todas las puestas de sol

Que se supriman las doctrinas y deberes

Que se terminen las peliculas de accion

Que se destruyan en el mundo los placeres

Y que se escriba hoy una ultima cancion


Pero que me quedes tu

Y me quede tu abrazo

Y el beso que inventas cada dia

Y que me quede aqui

Despues del ocaso

Para siempre tu melancolia

Porque yo, yo si, si

Que dependo de ti

Y si me quedas tu

Me queda la vida



Que desaparezcan todos los vecinos

Y se coman las sobras de mi inocencia

Que se vayan uno a uno los amigos

Y acribillen mi pedazo de conciencia

Que se consuman las palabras en los labios

Que contaminen todo el agua del planeta

O que renuncien los filantropos y sabios

Y que se muera hoy hasta el ultimo poeta



Pero que me quedes tu

Y me quede tu abrazo

Y el beso que inventas cada dia

Y que me quede aqui

Despues del ocaso

Para siempre tu melancolia

Porque yo, yo si, si

Que dependo de ti

Y si me quedas tu me queda la vida.

19

Perdí para ganar.


Como alguna vez dije, perdí tanto. Hoy no puedo decir lo mismo, o quizá puedo hablar de lo que perdí para poder ganar. Eso que perdí fue para que hoy diga; gané.

Gané el coraje y perdí el miedo a perder siempre. Si hoy soy así es por cómo fui en el pasado. Si siempre tuve miedo a perder, fue porque perdí lo que más quería. Si hoy actúo como si fuera una nena, es porque quiero tener presente mi infancia . No es que sea tonta, no es que no quiera crecer. Es que quiero olvidarme por unos momentos de que soy grande, y volver a jugar, a jugar en mi mundo de cristal donde nada ni nadie puede herirme. Donde los malos no pueden hacerte daño, porque están tus papas cuidándote.

Y por más que tenga 20, 30 años , me seguiré sintiendo protejida por quiénes me dieron la vida. Y cuando tenga miedo iré a su cuarto, para que el miedo se pase, para que mamá me acaricie la cabeza hasta que me duerma. No tengo vergüenza, no tendré vergüenza jamás de decir; sí , quiero que mis viejos me abracen.

Es inevitable el paso del tiempo, son inevitables las arrugas y los problemas, los hijos y los nietos. Es inevitable perderse en el camino, reencontrarse, y volverse a perder.

Es inevitable caer, que te duela el alma, que quieras no remar más.

Pero… ¿qué podemos hacer?¿ Lamentarnos por lo inevitable, por aquello que es la vida ? Nunca te lamentes por la vida que tenés, porque estarías lamentándote el único sentido de las cosas, la única razón por la que murió el hombre más bueno del mundo.

No te lamentes, alegrate. Alegrate porque en todo hay algo lindo, por más pequeño que sea. Porque tenés a alguien al lado tuyo, que te escucha, que te quiere y se preocupa. Alegrate porque sos un ser amado, porque no estás solo, porque hay personas con luz, que te llenan de vida. Alegrate porque tenés mucho, y lo que perdiste, quizá no se perdió para siempre. Quizá hay un pedacito que podés volver a encontrar. Alegrate porque volviste a casa.

Alegrate porque ganaste.
Y por eso ya no digo adiós, nunca más.




Me detuve en ese instante, en que las cosas se congelaron, en que los caminos se dividieron y cada uno siguió. Cambiamos… ¿cambiamos? ¿O seguimos igual que siempre? Opto por la segunda opción, me gusta más pensar así. Porque es lo que creo, y en lo que apuesto.

Tuve miedo, me acobardé. ¿Cuánto perdés por no saber pedir perdón? ¿Cuánto perdés por no saber perdonar? No sabés cuanto.

El agua siguió corriendo, y yo me estanqué. Los remos se habían roto, y la brújula… también se había ido con el agua. Pero no es tiempo de pensar en lo que pasó, en aquello que tanto daño hizo. No es tiempo de lágrimas ni arrepentimientos fatales, es tiempo de confiar. De volver a creer en el otro, aunque cueste, aunque dudes, es tiempo de confiar. Las cosas buenas nunca terminan. Aquello que hace bien no puede destruirte, porque es transparente, porque un error no puede, no debe, arruinar algo que nos llena de vida.

Yo apuesto a una segunda oportunidad, a la promesa de no volver a fallar, yo apuesto en lo que creo, en lo que amo. Hay que saber cuando parar, como dice la canción, y yo paré. Sufrí, dolió, y duele el saber que cometí una equivocación. Pero como dije antes, no es tiempo de arrepentimientos inútiles, es tiempo de volver.

Y volviste a casa, volvimos juntas.

hola papá

Las lágrimas estarán, no solo hoy, sino cada día de ahora en más.


Dormir no solucionan los problemas… aunque esto no sea un problema, es más bien, un milagro.

No puedo evitar ser egoísta, no puedo evitar querer tenerlo conmigo unos años más. El tiempo pasa, y yo, que me lleno la boca con palabras positivas, hoy no hay consuelo que valga, no hay dicho ni moraleja que cure, que me haga comprender y entrar en razón.

¿Cómo se puede estar contento y triste a la vez? ¿Cómo una noticia puede llevarte a la cima de la felicidad, y derrumbarte por completo?

Yo estoy feliz por ustedes tres, pero soy egoísta y sufro por mí. Hermanito… siempre serás mi hermanito, siempre estaré a tu lado porque si hoy respiro , es por vos, lo más valioso que me dio la vida. El único sentido por el cual vivo.

Será tiempo de apoyarte, de no dejarte solo, y a la vez, será tiempo de soltarte. Me duele el corazón, pero pronto sanará.

Siempre estaré a tu lado hermanito, siempre.