sábado, 22 de mayo de 2010




Cuando estás asustado recordás el niño que está dentro tuyo. Te sentás en una esquina de tu cuarto, escondes tus ojos y volvés a ponerte en la posición como cuando estabas en la panza de tu mamá, acurrucado abrazando a tus piernas . Llorás asustado y querés que alguien te rescate. El miedo y el dolor parecen dejarte sin aliento y es ahí, cuando crees que todo está partido, que aparece un ángel. Y te extiende la mano llenandote de paz, haciéndote entender que no es tiempo de darte por vencido, que no estás solo. Ese angel te seca las lágrimas con un simple abrazo y te hace volar, cuando dice yo te quiero, y estás conmigo.

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