sábado, 22 de mayo de 2010

Despiertos y dormidos


Cuando imaginás que el presente borró tu pasado, o vos fingiste olvidarlo, la vida te demuestra que no es como vos querés. La memoria no es como un libro en el que le podés arrancar las hojas y sacar los textos que no te gustan. Los recuerdos tristes son letales, pueden asesinarte en cinco minutos. Te debilitan el alma, te desequilibran, y ya nada es lo mismo. Porque no hay recuerdo que no esté dentro nuestro, sino algunos dormidos y otros despiertos. Los despiertos son los que nos lastiman rutinariamente, o de vez en cuando. Son los que nos golpean la puerta todos los días para decirnos "acá estoy, no te olvides que existo". Y los dormidos son aquellos que descansan en nuestras almas sin hacernos daño alguno, hasta que despiertan. Pueden ser pasajeros e irse en ese mismo momento con un par de lágrimas o duraderos y quedarse en nuestras memorias para transmitirnos melancolía.Lo cierto es que el pasado es parte de nuestra historia y factor desencadenante del presente. Por más que nos duelan los recuerdos tristes, debemos asumir que fuimos protagonistas de lo que ya pasó. Porque eso significa el pasado;
ya pasó.

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