¿Perdí o gané en el amor ? Ninguna de las dos cosas, el amor no es un juego.
Perdí amigos, perdí primaveras felices, perdí recuerdos lindos que a veces despiertan y me recuerdan que están por más que quiera olvidar.Perdí momentos, perdí victorias por miedo a arriesgar, perdí la valentía y ahora perdí el miedo.
El miedo a estar en la oscuridad, a estar sola, a jugarmela. A opinar por temor a la censura, a la expresión, el miedo a hablar. A no confiar por pensar en ser traicionada.
Una especie de fobia al decir, a que mis palabras lastimen a los demás, que me lastimen a mi. Lo acepto, tengo terror a gritar las cosas que me pasan , a llorar y que me vean, a mostrar que soy vulnerable,hipersensible. Porque las cosas no me atraviesan, dejan algo en mí, una herida, una sonrisa o alguna otra marca.Perdí un hermano, un papá, un mejor amigo, una persona importante, y sin embargo, no la perdí, porque el está. Perdí mi niñez, mis canciones con el grabador, mis viajes en moto, mi otra mitad.
Perdí mi inocencia, mi ingenuidad, la niña que hay en mí, que más de una vez me la encuentro detrás de mío sosteniendome para que no me caiga. Que me levanta del suelo para decir no es hora todavía, no te des por vencida.Esa niña que se decepciona cada vez que me equivoco, que deja caer lágrimas cuando se frustra al ver que estoy tan errada, tan ciega, tan lejos de mí.
Crecí, no se puede detener el tiempo, ese único enemigo poderoso que tenemos, al que nunca venceremos por más que intentemos.Crezco cada día un poco más, sin notarlo. Y no tengo miedo, ya no tengo miedo. Es hora de aceptar que ya no soy una nena, que la vida no puede pasarme por al lado, que el tren sigue andando por esas vías llenas de incertidumbre, y que yo, estoy en el. No me quedé en la estación, sentada en un banco esperando el siguiente, estoy viajando en un vagón, por más que quiera bajar más de una vez.
Viví corriendo, escapando, huyendo. ¿A quién no quería ver? A mí. No queria ver ese lado de la moneda que todos tenemos , lleno de inseguridades, de miedos, de miserias humanas.Ese lado oscuro que llevamos por ser humanos, y que podemos cambiar cuando logramos despertarnos.
Perdí el mapa, el tesoro, el pirata y el loro (y encontré un amor). Con una brujula rota, con ilusiones ya olvidadas, con resignacion y soledades asesinas. Perdía la capacidad de esconderme a llorar ante una dificultad, y gané la sonrisa esperanzadora para enfrentar los problemas.
Me perdí, pero hoy me encontré. Volví a casa, volví a mi.
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